Una de las prácticas más nefastas de la dictadura franquista era
el doblaje de películas extranjeras, lo que ayudaba a censurar convenientemente
cualquier diálogo considerado incorrecto por el régimen nacionalcatólico. El
pensamiento único que, cual martillo pilón, propició el fascismo español
también exigía un idioma único, que suprimió las otras lenguas españolas y, por
supuesto, evitó cualquier lengua extranjera en las películas que se proyectaban
en cines o, a partir de los años sesenta, en televisión. La consecuencia de
este hábito inculto produjo un empobrecimiento idiomático progresivo en los
españoles, circunstancia que tristemente hemos arrastrado hasta la actualidad.
Y así, mientras nuestros vecinos portugueses se manejan con soltura en inglés o
en francés, los españoles que
pretenden hablar un idioma distinto al suyo materno se han de enfrentar a una
desventaja de partida: no tienen hecho el oído a escuchar lenguas extranjeras
porque ni las televisiones ni la mayoría de los cines respetan la versión
original de las películas de ficción. Sólo en los últimos años se ha extendido la buena costumbre de ver
y escuchar películas en VO (subtituladas en español) en diversas ciudades
españolas, privilegio hasta hace poco únicamente de Madrid y Barcelona. Una
generación de españoles cinéfilos y cosmopolitas reclama su derecho a disfrutar
del cine en todo su esplendor.
Pero
hay más consideraciones que hacer. Escuchar una película doblada es equiparable
a escuchar una sinfonía de Beethoven interpretada por una orquesta de música
ligera, o a leer un poema de Federico García Lorca traducido a otro idioma. La
voz humana es una riqueza en sí misma; suplantarla es como dejar que el
espectador simplemente vea el filme amputado pero no lo oiga como fue
originalmente creado. Este flagrante atentado contra la obra artística priva al
espectador del placer de la palabra dicha, de la interpretación completa (acto
+ texto) de los actores y actrices del celuloide y ahora del soporte digital.
Gozar con las voces de otros nos enriquece como personas. Si bello es escuchar
recitar un poema con duende, igualmente gozoso es oír la cadencia de una escena
cinematográfica emotiva. A mi memoria vienen las voces llenas de matices y de
empaque de Paul Newman, Joan Crawford, Marlon Brando, Gerard Depardieu,
Marcello Mastroianni, Emma Thompson, Juliette Binoche, Meryl Streep, Clint Eastwood, o Hugh
Grant, por citar sólo a algunos.
Hoy en día, la técnica del subtitulado
simultáneo permite seguir los diálogos de cualquier película o serie sin demasiado
menoscabo de la experiencia audiovisual. El espectador poco habituado a leer
mientras ve tardará poco en poder simultanear ambos actos; y, casi sin darse
cuenta, empezará a disfrutar de la autenticidad de las voces originales, que,
no olvidemos, representan el 50% de toda película hablada. Una vez despertado
el gusanillo, se preguntará cómo pudo alguna vez escuchar películas o series dobladas.
Compartir y comentar el visionado de una película en la pantalla gigante de una
sala de cine con otros ciudadanos (sin interrupciones comerciales ni
telefónicas) es en sí mismo un hermoso acto social. ¡Pasen y oigan la voz
humana original!
Postdata para nacionalistas: Escuchar películas españolas que han sido rodadas en catalán, vasco o gallego dobladas al castellano denota incultura, genera desafección y alimenta, lógicamente, el sentimiento secesionista. Es un hábito torpe que no respeta la riqueza idiomática de un país con cuatro lenguas vivas que son patrimonio de todos. Negarse a oír estas películas españolas en su lengua vernácula, con subtítulos en castellano, revela pobreza cultural y estrechez mental. Es como pegarse un tiro en el pie. • cmg2012
10 comments:
Es una verdadera pena que, viviendo en un pais supuestamente industrializado, haya tanta incultura en este sentido. Deberíamos tomar ejemplo de muchisimos otros paises europeos donde desde la edad escolar se educa en el bilingüismo.
Afortunadamente, en los ultimos años, gracias a internet principalmente, es mas fácil acceder a cine en V.O., y el auge de algunas series (americanas), que llegan a España con muchísimo retardo, animan a muchos a empezar a perder el miedo a la V.O.
1 saludo
La verdad es que entré en este blog para ver el reportaje que habla sobre la beca Erasmus que publicó EPS. Pero, he encontrado este tema del doblaje de películas y me he parado a dejar un comentario para así poder expresar mi opinión sobre este tema tan, aparentemente, insignificante, pero realmente preocupante. Preocupante porque al doblar todas las cintas extranjeras, España favorece así la creación de una burbuja que impide a la mayoría de españoles dejar de mirarse el ombligo.
Es muy cierto el hecho de que si en España no se ven películas en versión original, difícilmente podremos afinar el oído. Y también pienso que habría mucha más curiosidad por estudiar una lengua extranjera si se pusieran al alcance de todos películas subtituladas.
No solo traería consecuencias positivas en el ámbito cultural sino que a la vez disfrutaríamos de las voces reales, como antes se ha dicho. Creo que con la versión original y el doblaje ocurre lo mismo que con un buen libro y una adaptación del mismo al cine: Siempre gusta más la primera opción. Lo digo por experiencia, me ocurrió con la peli "Solo un beso" y con "Amelie", las vi en v.o. y más tarde, dobladas al español y es que no hay color. Con voces diferentes perdieron encanto…
Amen.
Hace no mucho descubrí el mundo de ver en versión original las peliculas y sobre todo las series (en su gran mayoria americanas), y no hay color. Disfruto muchisimo más, además de hacer un poco el oído a este idioma que quiero aprender y tanto me cuesta.
oh! I forget to write in English! I really recommend watching films and serials in V.O..but there's an exception in my advice, I can't stand the American Dr.House's voice after hear the spanish voice :)
I really love the way you have written about this problem. I knew very well the dictatorship and the censorship; and the way in which repressed culture. Thank you for writting the article in Spanish.
;-))
En general estoy muy de acuerdo en lo que comentas en el artículo Carlos, pero hay contadísimas ocasiones en que la voz doblada mejora al original. Un gran ejemplo es el Dr. Sheldon Cooper de la serie "The Big Bang Theory". El actor que le dobla al castellano es un auténtico fenómeno, ya que su interpretación es mejor que la que hace el propio Jim Parsons en la versión original de la serie.
Pero en general, donde estén el cine y las series en VO que se quiten los doblajes :)
Buena entrada, si señor, me gusta. Pienso que la idea de ciertos casos (o la mayoria) donde la gente prefiera la traducción al original es solo falta de costumbre.
En una pelicula o serie los actores interpretan un papel. Expresan lo que quieren mostrar con gestos, con hechos, con rasgos faciales, y como no, con su voz. Puede no ir mal aveces, pero de lo que estoy seguro es que no tiene la esencia que se nos quiere mostrar de manera original, y que al actor siempre le pegará mas su propia voz original.
Dicho esto, me gusta la selección de peliculas, muchas de ellas son grandes pendientes. Igual debería aprovechar la oportunidad. Aunque he de decir algo en mi contra, aun me es muy dificil ver peliculas sin subtitulos. Series vale, pero peliculas.... meh.
Por ultimo, creo que los patones de la censura y malas traducciones del regimen son dignos de otra entrada, porque he visto algunas y es que te partes =D
Sin llegar al nivel de la alcaldesa Ana Botella, la mayoría de miembros de la candidatura barcelonesa a los Mundiales de Atletismo mostraron al mundo un inglés muy pobre. Probablemente esto no afectó a la decisión final de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, pero seguro que contribuyó a reforzar la idea que en España no sabemos hablar inglés. La solución pasa por acostumbrar a la gente a convivir diariamente con el idioma, y una forma de hacerlo es acabar con el doblaje de películas y series. Que Portugal, donde se emiten filmes y series en versión original subtitulada, tenga un nivel de inglés superior a Italia y España, lo demuestra. Gerard Artigas Ponce
En una Eurocopa, Portugal eliminó a Inglaterra en Lisboa. La BBC entrevistó a la salida del estadio a decenas de jóvenes portugueses. Todos hablaban inglés. El milagro económico irlandés se debe en gran parte a la llave del inglés. Nos reímos del esfuerzo de Aznar en hablarlo, pero el camino hacia el futuro es a través de esa lengua.
España es una comunidad afortunada. En un mismo territorio conviven cuatro lenguas. 500 millones de personas hablan castellano. Esa riqueza no se ha visto reforzada con el aprendizaje masivo del inglés.
Cometemos el error de ver el cine doblado, empezar a estudiarlo a edad muy avanzada y creer que sin esa lengua se puede competir o entablar relaciones políticas o económicas. Es una herramienta básica en la red, para crecer culturalmente.
Potenciemos nuestras lenguas, pero garanticemos el aprendizaje de este idioma universal a las nuevas generaciones.
Hace unos días los medios decían que España suspende en inglés. Y cómo no, si no hay manera de practicarlo. Todas las películas están dobladas, excepto en algún cine de las grandes ciudades, que las proyectan en versión original. Pero lo que más me impacta es que a veces ni los mismos periodistas pronuncian bien cuando dicen alguna palabra en ese idioma. Si queremos avanzar, nos tendremos que poner las pilas con el inglés.
Soy de la opinión de que los jóvenes españoles saldrían beneficiados con una mejor enseñanza de los idiomas, que debería incluir ver películas en versión original subtitulada (como ocurre en el vecino Portugal).
La política española también saldría ganando si a los parlamentarios se les diera la opción de debatir no solo en español sino también en sus lenguas catalana, vasca y gallega, y para ello se utilizara la traducción simultánea, como se hace en otros parlamentos nacionales, desde Bélgica y Finlandia, hasta Canadá y Singapur, país este que, como mi Suiza natal, también cuenta con cuatro idiomas oficiales.
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