Friday, March 15, 2019

TAKE ACTION AGAINST CLIMATE CHANGE

Please, take a few minutes and listen to Greta Thunberg's articulate 
and convincing talk against climate change.

Tuesday, March 12, 2019

Requiem for a Falling Man


Dutch artists Harm Weistra and Eddi Bal’s collaborative installation Requiem for a Falling Man pays tribute to the unidentified gay men who were thrown off buildings by ISIS. The central focus of this daunting installation is the animation Echo of Falling Man, that can be seen as an afterimage. By mirroring Richard Drew's iconic photo of a ‘falling man’, who jumped off the World Trade Centre during the 9/11 attacks in New York City, the work refers to the relationship between the Al-Qaeda attacks in New York and the terror Daesh spreads in the Middle East. The installation Requiem for a Falling Man, shown at ARCO 2019, is meant as a ceremonious farewell, not only for this unidentified Syrian victim but also for all the gay men who did not survive the terrorism of ISIS.



Friday, March 08, 2019

Cuando ‘Black Mirror’ mató a Julio Verne


Hace falta poder volver a saber hacia dónde queremos dirigirnos y para eso estaría 
bien contar con opciones que nos muestren un porvenir algo más esperanzador

Por CRISTINA MANZANO


Hubo una época en la que la ciencia ficción pintaba un porvenir prometedor. Los padres del género, Julio Verne y H. G. Wells, nos hicieron bajar a las entrañas de la Tierra y a las profundidades del mar; nos llevaron a la Luna y nos permitieron viajar en el tiempo o volvernos invisibles. Nos hablaban de un mundo de progreso en el que la ciencia, la tecnología y la innovación, unidas a su gran imaginación, perfilaban un futuro emocionante e ilusionante.

Luego llegaron las distopías totalitarias de George Orwell y Aldous Huxley, que retrataban una humanidad dominada por “el sistema”. Pero más que mirar al futuro, narraban las metáforas de los autoritarismos de aquel presente. Algo más tarde, Isaac Asimov construyó con su abrumadora sabiduría e imaginación la gran saga de lo que la tecnología en general, y la robótica en particular, podrían suponer, alertando de sus potenciales peligros pero también vislumbrando su enorme e inevitable contribución a la evolución del ser humano.

Hoy Black Mirror dibuja un futuro en el que la tecnología, que todo lo domina, no está al servicio del ser humano, sino al de sus peores instintos. Un futuro aterrador porque lo podemos ver a la vuelta de la esquina.

Son solo algunos ejemplos en un universo muy variado —predominantemente masculino, por cierto—, que muestran cómo la ciencia ficción nos ha permitido explorar lo que otras ramas del saber nos tenían preparado. Muestran también un estado de ánimo de la sociedad, una determinada predisposición ante el porvenir. Lo que hoy vemos es un determinismo tecnológico que nos arrastra irremisiblemente a una dependencia ante la que la voluntad humana poco puede hacer. Y ahí el gran gurú del futuro no es un autor de ficción, sino un pensador y ensayista, Yuval Noah Harari.

Como es lógico, este estado de ánimo se refleja también en la política. La izquierda, aupada en un espíritu de progreso, se consideraba tradicionalmente optimista, mientras que la derecha, de natural conservadora, bastante tenía con mantener el status quo. Ese paradigma ha cambiado (ya lo contó Daniel Innerarity en El futuro y sus enemigos) y en el aire se respira un aroma de impotencia. No solo eso, sino que atrapados en sus cuitas cotidianas, los partidos políticos, viejos y nuevos, no están afrontando los múltiples y complejos desafíos que el desarrollo tecnológico plantea —en realidad, ni esos ni ningún otro que no tenga que ver con su propia supervivencia—.

Ahora no importa tanto saber cuándo Black Mirror mató a Julio Verne. Ya está hecho. Lo que hace falta es poder volver a saber hacia dónde queremos dirigirnos y para eso estaría bien contar con opciones que nos muestren un porvenir algo más esperanzador. Porque, si no somos capaces de imaginar un futuro mejor, ¿cómo vamos a ir hacia él? (El País, 8.03.19)

Monday, March 04, 2019

Anthony Hernandez, photographer


The work of photographer Anthony Hernandez (born 1947) is at once highly personal and deeply resonant. His retrospective at the Mapfre Foundation in Madrid spans his more than 45-year career, revealing an unusually varied body of of photographs united by their arresting formal beauty and subtle engagement with contemporary social issues. The Mapfre galleries chart his continual reconceptualization of his approach, tracing his deft movement from black and white to color, 35 mm to large-format cameras, ans from the human figure to landscapes to abstracted detail.

Hernandez began making pictures on the streets of his native Los Angeles in the late 1960s. Essentially self-taught, he had taken dark room classes at East Los Angeles College, but was largely unaware of the history of the medium and its formal traditions. Rather than perpetuating Hollywood's idealized image of the city, he chose instead to photograph the LA inhabited by the working class, the poor and the homeless, developing a unique style of photography attuned to the desolate beauty and sprawling expanses of his hometown. From the start, he has found visual poetry in what could be dismissed as inner city blight and has seen aesthetic potential in the abandoned and discarded. While Hernandez has also photographed in other locations in the US and Europe, Los Angeles has remained his primary subject.

Despite the many shifts in his practice over the years, Hernandez still considers himself a street photographer. Endlessly curious, he relishes the process of discovery and sees his medium as a means of understanding the world around him. He remains true to his conviction that great photography is the result of more than just a keen eye. As Hernandez once noted, "Being aware is more important than the evidence of the awareness on a piece of paper. Being sensitive to what passes in front of you is more important than what passes into the camera." Erin O'Toole, Curator


Anthony Hernandez is organized by the San Francisco Museum of Modern Art in collaboration with Fundación MAPFRE, Bárbara de Braganza 12, 28004 Madrid. 
From January 31 to May 12, 2019.