Las noticias engañosas o fake news circulan más rápido por Internet que las informaciones verdaderas, debido más a los propios internautas que a programas informáticos automáticos, según un estudio recién publicado por la revista Science.
El estudio fue realizado sobre 126 mil informaciones verdaderas y falsas entre 2006 y 2017, difundidas por Twitter por tres millones de personas más de 4.5 millones de veces. Para efectuar eficazmente la distinción entre noticias verdaderas y engañosas, el equipo trabajó con seis organizaciones independientes de chequeo de datos.
Las informaciones engañosas son en promedio difundidas más rápidamente y más ampliamente que las verdaderas, según los investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT). En promedio, las verdaderas informaciones requieren seis veces más de tiempo que las engañosas para llegar a mil 500 personas, según sus análisis.
La diferencia es aún más marcada para noticias políticas que para las relativas al terrorismo, a las catástrofes naturales, a la ciencia, las leyendas urbanas o las noticias financieras. Aunque muchos se inquietan de la difusión de noticias engañosas por parte de "bots (programas informáticos que realizan operaciones de Internet por sí solos), el estudio reveló que la propagación de este tipo de informaciones se debe sobre todo a la acción humana.
Esta propensión a difundir informaciones falsas podría deberse, según el estudio, a que son muy novedosas y sorprenden más a los lectores que las verdaderas informaciones. Las cuentas de Twitter que publican informaciones falsas tienen también de promedio menos seguidores, siguen menos cuentas y son menos activas que las cuentas de quienes tuitean informaciones informaciones. (Diario La Prensa, 10.03.18)
1 comment:
La desinformación a escala masiva ha encontrado en las redes sociales un eficaz vehículo de difusión. Distorsionar deliberadamente noticias veraces y datos contrastados para intentar influir en las decisiones políticas de los ciudadanos, como se ha visto en el referéndum del Brexit o en el conflicto catalán, es un riesgo para la democracia. Los métodos utilizados para distribuir falsedades son cada vez más sofisticados y difíciles de detectar y solo una acción coordinada de los Estados puede combatir y neutralizar un fenómeno de alcance global como el de las fake news. Erradicar los contenidos que atenten contra el valioso derecho a la fiabilidad de las informaciones es una obligación de los Estados, que han de poner en manos de los ciudadanos los instrumentos necesarios —técnicos, jurídicos, educativos— para que puedan valorar la calidad y validez de la información que reciben.
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