Pablo Poó Gallardo. Así se llama el profesor sevillano de Secundaria que ha dado una lección de vida a sus alumnos suspendidos vía Youtube. En menos de cinco minutos de grabación, Poó explica a sus estudiantes más rezagados el porqué es tan importante estudiar.
“No sabéis nada de la vida. La vida es una putada. La vida no te espera, no te comprende, no te hace recuperaciones. Vosotros ahora vivís muy bien. Vuestra única obligación es estudiar, y no la cumplís mucho”, explica el profesor.
Poó pone el acento en le hecho de que la vida que viven ahora mismo sus alumnos, en nada se parece a lo que se van a encontrar en un futuro. “Llegáis a casa y os pagan vuestra comida, vuestros padres os pagan la ropa y vuestros móviles, a los que rompéis la pantalla cada dos por tres. Os pagan hasta vuestros botellones, puta madre todo. Pero es que la vida no es esta burbuja en la que vosotros vivís durante los cuatro años de la ESO”.
Y pone el acento en que no es una cuestión de capacidades. “No es que no podáis, es que no queréis. Tenéis capacidad de sobras, lo sabéis, os lo digo todos los días. Vuestro problema no es de capacidad, sino de esfuerzo. Sois unos vagos, lo decimos en clase y hasta os reís, porque lo reconocéis. Pero cuando salgáis de aquí, la vida os va a poner en vuestro sitio a bofetadas. Y eso es lo que realmente os quiero ahorrar”.
La vida os va a poner en vuestro sitio a bofetadas. Y eso es lo que realmente os quiero ahorrar
Con su discurso, este profesor sevillano intenta abrirles lo ojos a sus alumnos. “Imagina cuando salgas de aquí. ¿Tú crees que si no tienes la nota media suficiente vas a entrar en el ciclo ese que quieres entrar? No vas a entrar, no le vas a dar pena absolutamente a nadie. Entonces qué, otra vez a casa a lamentarte, a comerte con patatas el título de la ESO”
Su obsesión es que estén preparados para los que se les avecina. ’’Pero maestro, yo para qué quiero saber el romanticismo, a mí eso me da igual’. No tenéis referentes culturales, no entendéis los textos que leemos (…). Cuando vayas a firmar un contrato, a lo mejor estás poniendo tu firma sobre un sueldo de mierda, o sobre una jornada laboral que es eterna, y ni te has dado cuenta, y se aprovecharán de vosotros”, advierte.
Como tú no tienes idea de nada, no sabrás que otros han conseguido ya lo que tú pensabas que era imposible
Y prosigue: “No tenéis herramientas, no tenéis sentido crítico… ¿Tú no sabes que hace 200 años unos románticos intentaron romper con todo y mandar el sistema a tomar por saco? ¿Qué pasa? ¿Te vas a creer que hay cosas imposibles? ¿Que nunca se podrá ir en contra de lo establecido? Como tú no tienes idea de nada, no sabrás que otros han conseguido ya lo que tú pensabas que era imposible. Parece mentira, pero en las mentes abiertas es más difícil entrar. Una mente cerrada se conquista con mucha facilidad, sólo tiene una puerta”.
“El conocimiento os hará libres. La libertad es fundamental en el día de hoy. Para que no escuchéis la tele y os creáis todos lo que os dicen desde un atril, desde un mitin, para que después vayas al bar y repitas lo que ellos quieren que repitas. Y bueno, con el paro y las chapucillas que vayas haciendo irás tirando. Pero es que hay una vida maravillosa mucho más allá de lo que vosotros os pensáis. Y sólo se va a ganar con esfuerzo. Y lo tenéis que empezar a demostrar desde ahora”, esgrime Poó.
Una mente cerrada se conquista con mucha facilidad, sólo tiene una puerta
Por todo ello, este maestro pide a sus alumnos que a partir de enero se dejen de “tonterías”. “Vamos a poner ganas porque algunos, los que quieren que seáis felices desde los doce hasta los 16 años les importáis sólo hasta que termináis la ESO. Y yo he firmado con vosotros un contrato de por vida”, concluye.
La Vanguardia, 29 de diciembre de 2016
Pablo Poó Gallardo es autor del libro La mala educación.
La Vanguardia, 29 de diciembre de 2016
Pablo Poó Gallardo es autor del libro La mala educación.
1 comment:
Nos hace falta a los mayores reconocer que nos sorprende la libertad de los jóvenes, a los que acaso no hayamos sabido enseñarles que disfrutarla no es tomársela como propia, sino que, para que sea cierta, tiene que ser de todos; y les hace falta a los jóvenes reconocer que, a fuerza de estar en la calle apurando la noche cada fin de semana, se están perdiendo los días libres para disfrutar de todo lo que serían capaces de hacer, si no tuvieran que dormir para recuperarse para volver a salir.
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