Junto a iniciativas de este tipo, más o menos espontáneas, se han ido poniendo en marcha otras de diverso alcance. Algunas asambleas del 15-M han organizado, sin ir más lejos, intercambios de material escolar para los que empiezan el nuevo curso. De ese movimiento proceden también propuestas tan innovadoras como el llamado banco del tiempo: un sistema para intercambiar servicios entre los vecinos sin gastarse un euro. Tú me das clases de italiano, yo te arreglo el ordenador.
En ayuntamientos más pequeños, y ante la incapacidad actual de los mismos por ofrecer esos servicios que pusieron en marcha en los tiempos de efímero esplendor, hay vecinos que se han unido en cooperativas para gestionar un polideportivo o jubilados que han conseguido construir una residencia de ancianos a su medida. La Red también sirve y, por ejemplo, hay sitios donde se puede conseguir por un módico precio una casa que dejan sus dueños durante los días que se van de visita al pueblo.
¿Qué pensarías si desafino?, preguntaba con razón Ringo Starr en una canción de los Beatles. Y se contestaba que saldría del paso con una pequeña ayuda de sus amigos. Pues eso. Y más en plena crisis. El País, 18.09.12
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